Epílogo.
Un molesto sonido se hizo presente en la habitación obligando a Jungkook a despertarse, quiso levantarse pero detuvo todo intento cuando se dio cuenta de su situación.
Literalmente sobre él estaba Sungmin, quien dormía muy profundamente, boca abajo y con más de la mitad de su cuerpo cruzado en diagonal sobre el hombro y el cuello del rizado.
Su cuerpo se sentía adolorido y el sonido de su celular seguía haciendo eco entre las cuatro paredes por lo que, lentamente y con toda la suavidad que pudo, acomodó al castañito a su lado recibiendo algunos balbuceos y quejas entre sueños.
Aún era de noche por lo que le llamó la atención que su teléfono estuviera sonando.
Sin hacer demasiado ruido estiró su brazo para alcanzarlo y una vez que prendió la pantalla vio que tenía unos cuantos mensajes, todos de Jimin.
Jim💕:
Buen día amor♡ 06:02 a.m.
Lamento despertarte, espero no despertar a nuestro bebito también. 06:02 a.m.
Te escribo para avisarte que el vuelo tuvo que hacer una escala así que llegaré casi dos horas más tarde :( 06:03 a.m.
Vuelve a dormir, ¿si? Estoy seguro de que anoche te quedaste despierto hasta tarde. 06:03 a.m.
Jungkook no pudo evitar el suspiro melancólico que soltó al terminar de leer los mensajes, sabía que dos horas más después de cuatro semanas lejos no sería demasiado pero aún así se sintió un tanto triste.
Observó durante un tiempo al castañito que dormía demasiado relajado y decidió que la idea de dormir unos minutos más no sonaba tan mal.
Suavemente acomodó al pequeño, cubrió a ambos con el acolchado y en segundos volvió a dormirse.
✧✦✧
Una insistente presión sobre su mejilla interrumpió el sueño del rizado.
—P‐Pa —llamó el pequeño intensificando los piquetes que hacía con su pequeño dedo índice sobre el rostro de su padre—. ¡Pa!
Jungkook aún con los ojos cerrados estiró un brazo hacia la pequeña pancita de Sungmin y empezó a hacerle cosquillas causándole unas fuertes risas al castañito.
—Alguien estaba pinchando con un pequeño dedo sobre mi cara, ¿tienes idea de quién fue? —preguntó el rizado sin cortar las cosquillas a Sungmin.
—N... No —logró decir el pequeño ojiazul entre risas.
—Mmm su respuesta no me convence, señorito. Tendré que aplicar medidas drásticas.
Con cuidado tumbó al pequeño sobre la cama y comenzó a repartir besos con ruidos exagerados sobre las mejillas de Sungmin quien intentaba escaparse.
Luego de un rato liberó al pequeño que aún reía con algo de cansancio.
—¿Qué haces despierto tan temprano?
—Eta sol —respondió apuntando hacia la ventana donde algunos rayos del sol se filtraban a través de las cortinas—. ¿Mami eta?
—Aún no bebé, es muy temprano —Jungkook rió por la confusión de su hijo—. Mami avisó que tardaría un poco más en llegar —miró al pequeño que hizo una mueca de disgusto—. ¿Qué te parece si preparamos el desayuno mientras esperamos? —preguntó sabiendo que era una de las tareas favoritas de Sungmin.
—Siii —respondió Sungmin con ojitos brillantes—. Paq... pam... —se interrumpió a si mismo. Suspirando con el ceño fruncido en concentración.
—¿Panqueques? —ayudó el rizado mientras observaba con cariño al castañito que intentaba pronunciar correctamente la palabra.
—¡Paueques! —soltó con total seguridad.
Riendo, Jungkook ayudó al pequeño a bajar de la cama y con pijama y cabellos desordenados caminaron en dirección a la cocina para preparar su desayuno.
Busco rápidamente los ingredientes mientras Minnie lo observaba sentado sobre la isla de la cocina.
El castañito era demasiado observador y tenía una memoria increíble por lo que era el encargado de indicarle a su papá que ingredientes necesitaban para los panqueques.
Comenzaron a preparar las cosas mientras una suave música sonaba de fondo, en estas cuatro semanas ambos Jeons habían creado sus propias costumbres en conjunto y el cantar, bailar o simplemente escuchar la música de fondo mientras preparaban el desayuno era la favorita para ambos.
Con todo listo, ambos se acomodaron en la mesa para desayunar, revisando cada tanto cuanto faltaba para ir al aeropuerto y buscar a Jimin, terminando el desayuno rápidamente así tenían tiempo de bañarse y arreglarse antes de salir.
Al pasar los minutos los nervios y la emoción de ambos comenzaba a hacerse más notable, finalmente ya estaban listos y esperando a que fuera la hora para salir.
Sungmin permanecía apegado a Jungkook más que de costumbre, por lo que se encontraba en brazos del rizado con su cabeza apoyada sobre su hombro.
—Te está pesando el haberte despertado tan temprano, ¿no? —preguntó riendo al pequeño ojiazul quien con movimientos perezosos asintió—. Está bien, bebé. Puedes dormir de camino al aeropuerto.
Jungkook buscó las llaves y su teléfono, guardándoselos en sus bolsillos y se acercó hasta los abrigos de Sungmin y de él que permanecían colgados al lado de la puerta.
Finalmente era hora de ir a buscar a Jimin.
Estiró su brazo libre hasta el abrigo de Minnie que estaba sobre una pequeña mesita a un costado de la puerta pero antes de llegar sintió el ruido de las llaves en la cerradura.
Rápidamente se giró para mirar en su dirección pensando que posiblemente se trataría de alguno de sus amigos.
Unos segundos después la puerta se abrió solo un poco.
Unos lacios cabellos castaños acompañados por unos preciosos ojos azules y gruesos labios rosados con una gran sonrisa se asomaron solo un poco detrás de la madera.
—¿Jim?
—¿Ma?
Ambos Jeons miraban con asombro al ojiazul quien dio un paso dentro del departamento, observando con cariño y algunas lágrimas a sus chicos.
—¡Hola mis amores! —saludó el castaño con su suave voz entrecortada.
En cuestión de segundos, Jungkook dio un paso llegando en frente al castaño y sin dejar pasar más tiempo se fundieron en el tan esperado abrazo.
Sungmin rodeó el cuello de Jimin con sus pequeños bracitos mientras que Jungkook envolvió la cintura del castaño con su brazo libre. Permaneciendo así unos minutos entre algunas lágrimas de felicidad y grandes sonrisas permitiendo que en ese abrazo se notara cuanto se habían extrañado durante esas cuatro semanas.
Sería exagerado pero por decisión de los tres, podrían permanecer así por horas.
—No me extrañaron mucho, ¿verdad? — pregunto el ojiazul entre risas y lágrimas.
—No te irás lejos de nosotros nunca más —dijo el rizado sin despegar su cara del hombro de Jimin—. Ya lo arreglamos con Minnie, te encerraremos si es necesario.
El pequeño ojiazul asintió desde el cuello de Jimin sacándole una risa a sus padres.
Un tiempo después la puerta se abrió del todo dejando escuchar un "Awww" de Taehyung al ver la escena.
Jungkook levantó su cabeza para observar al rubio y rápidamente volvió a apoyarla sobre el hombro de su esposo.
— "Hola Taehyung" —dijo el rubio tratando de imitar la voz de Jungkook—. "Pasa, ¿quieres que te ayude con el equipaje de mi esposo?"
Antes de que pudiera seguir, Jungkook soltó su agarre de la cintura del castaño para cerrar la puerta y nuevamente posicionar su brazo en el mismo lugar.
Riendo Jimin le dio un pequeño golpe sobre la nuca del rizado e intentó zafarse de ambos para abrirle la puerta a Taehyung.
—...Maldito rizado hijo d... —el rubio se calló cuando vio la puerta nuevamente abierta y tres pares de ojos posados sobre él—. ¡Hola!
Jimin tomó en sus brazos a Sungmin quien le balbuceaba una catarata de cosas mientras Jungkook se acercó a Taehyung para entrar el equipaje de Park.
—Hola Taehyung —tomó las valijas—. Adiós Taehyung.
—No seas grosero Jeon —dijo el rubio con el ceño fruncido—. Jimin, dile algo.
Ambos miraron en dirección al castaño pero, para suerte del rizado, Jimin se encontraba perdido en su propia conversación con Sungmin.
—Me siento herido —Kim con dramatismo llevó su mano a la altura del corazón—. Me despertó a las seis de la mañana para ir a buscarlo y luego me remplaza por el primer par de Jeons que encuentra.
—Ay pobrecito —el ojiverde hizo un fingido puchero—. Adiós.
Se giró en dirección a la puerta y mientras la cerraba escucho a Taehyung decir "No se librarán de mi, nos veremos en la cena".
La puerta se cerró completamente dejando a un Taehyung con gesto de ofensa del otro lado.
Unos segundos después volvió a abrirse y de golpe sintió al rizado envolviéndolo en un fuerte abrazo mientras le susurraba un "Gracias por traerlo a casa".
✧✦✧
El día transcurrió con los tres sentados en el sofá, Jimin sentado sobre Jungkook y Sungmin sentado sobre Jimin mientras se contaban distintas anécdotas de lo que vivieron durante este tiempo.
Ambos ojiazules se notaban demasiado cansados para cuando la tarde llegó por lo que el rizado los envió a dormir mientras el preparaba las cosas para la cena —de la cual recién fue informado— con sus tres amigos.
El castaño mayor intentó protestar diciendo que él podía ayudar pero luego de que Sungmin se durmiera sobre su pecho y de unas cuantas caricias en su cabello por parte de Jungkook, terminó aceptando.
Jungkook había aprendido a disfrutar el tiempo en la cocina, el preparar distintas cosas e innovar con nuevas recetas era algo que, sin dudas, jamás pensó que le gustaría.
Sintió que cada nueva acción en su nueva vida era un paso más lejos del tiempo en el campo militar. Y no es que odiara del todo el lugar, incluso ahí había encontrado al amor de su vida. Pero en esta nueva etapa descubrió que nada de lo vivido trabajando ahí lo identificaba en lo absoluto.
Mientras que en ese tiempo disfrutaba asustar a los demás con su porte y carácter, ahora sin dudas disfrutaba aún más una conversación infantil con Sungmin, los ratos de sentirse como niños con sus amigos o los momentos exageradamente cursis con Jimin.
Ahora entendía verdaderamente el concepto de sentirse completamente feliz y la razón no estaba ni cerca de ser por ganarse medallas o cumplidos de un coronel.
Su felicidad estaba en las sonrisas de sus ojiazules, en los ratos compartidos con sus amigos, en cocinar con Sungmin bailando con alguna canción de fondo, en ir a comprar y ver los ojitos brillantes del castañito al obtener su objeto al azar favorito de la góndola, en los besos y caricias compartidas con su esposo... la lista era interminable y todo estaba basado en su familia y cuando hablaba de familia también se refería a los tres chicos que estuvieron con él cuando más los necesitó.
Sin dudas este día marcaría un nuevo comienzo en sus vidas y es que, a partir de hoy, nada lo privaría de todos los momentos que no tuvo la posibilidad de disfrutar durante esos años y estas últimas cuatro semanas.
Con una gran sonrisa y tarareando alguna melodía desconocida, terminó de acomodar los platos sobre la mesa. Se acercó hasta la cocina para observar por última vez la cena dejando todo listo para servir sabiendo que en poco tiempo Yoongi, Hoseok y Taehyung estarían tocando la puerta y finalmente, luego de lavarse las manos, se dirigió a su habitación para despertar a Sungmin y Jimin.
La imagen de ambos castaños durmiendo abrazados en medio de la cama era, sin dudas, una de las más preciosas que había podido observar en sus veinticinco años.
El pequeño estaba acurrucado sobre el pecho de Jimin, totalmente aferrado a la remera del rizado que el ojiazul estaba usando, mientras Jimin tenía al castañito totalmente envuelto en sus brazos con su mejilla apoyada sobre la pequeña cabecita de Sungmin.
Sin hacer mucho ruido se acercó hasta la cama, sentándose sobre un borde para acariciar los cabellos de su esposo y besar la mejilla de Minnie.
—Son lo mejor que la vida me pudo dar. Lo saben, ¿no? —susurró.
Jimin se removió un poco aún dormido.
—Mis pequeños, es hora de despertarse —dijo con voz apenas un poco más alta.
—¿En verdad estoy aquí o estoy soñando? —preguntó el castaño aún con los ojos cerrados.
—Estás aquí amor, estás en casa —respondió Jungkook con una suave risa—. Aunque, por momentos, yo también siento que todo esto es un sueño.
Lentamente Jimin abrió sus ojos bajando la mirada por unos segundos para observar al pequeño ojiazul aún dormido en sus brazos y luego la subió para hacer conexión con los ojos del rizado.
—Los amo —dijo el castaño sonriendo con ojos aún adormilados y voz levemente ronca.
—Y nosotros te amamos a ti —respondió el rizado acercándose para besar la frente de Jimin y, sin aplastar a Sungmin, se acercó un poco más para bajar con sus labios repartiendo besos por sus mejillas hasta los gruesos labios del ojiazul.
Fue un beso tranquilo donde buscaron transmitir cada linda sensación de tenerse mutuamente.
Detuvieron el beso cuando sintieron unas manitos sobre el pecho de cada uno intentando separarlos.
El rizado se alejó dejando ver a un Sungmin que los observaba algo adormilado y con el ceño fruncido.
—Mami mío —dijo el pequeño observando a Jungkook quien intentaba no reír y luego de un tiempo su mirada de dirigió a Jimin—. Papi tamben mío.
Ambos adultos rieron ante las palabras del castañito quien aún los observaba atentamente.
—¿Puede ser que nuestro pequeño esté celoso? —preguntó Jimin riendo.
—Eso parece —respondió el rizado—. Pero creo que hay algo que podemos hacer al respecto.
Ambos se miraron por unos segundos y, luego de que Jimin asintiera suavemente con su cabeza, se acercaron a las mejillas del castañito para llenarla de besos, sorprendiéndolo con la acción de sus padres.
Luego de un tiempo se alejaron para dejar tranquilo al pequeño que aún se reía con las mejillas totalmente coloradas.
—Tenemos que levantarnos —dijo el rizado—. Hace un rato Hoseok me escribió para avisarme que estaban por llegar.
—Nuestra cama está demasiado cómoda para dejarla —Jimin se estiró para volver a acurrucarse bajo el acolchado nuevamente.
—¿Si te digo lo que cociné si te levantarás?
—Mmm... No lo sé, a ver —respondió el castaño.
—Recordé que hace unos días hablaste durante casi media hora sobre las muchísimas ganas que tenías de comer spaghettis con salsa...
Jungkook cortó sus palabras cuando el ojiazul levantó su vista observándolo con ojos brillantes. Ahí estaba, exactamente el mismo gesto de Sungmin.
—Y tú... ¿Tú hiciste eso? —preguntó con ilusión recibiendo una afirmación del rizado—. ¿Te quieres casar nuevamente conmigo? —preguntó sacándole una risa al ojiverde.
—Primero los pruebas y luego me dices si aún quieres hablar de una segunda boda —respondió levantándose de la cama y ayudando a Sungmin a bajarse—. ¿Vamos? —extendió su mano hacia Jimin quien rápidamente la tomó. Se encaminaron a la puerta de la habitación con Minnie tomando la mano de Jimin y Jungkook aferrado a la cintura del castaño desde atrás.
Al abrir la puerta sintieron algunos ruidos en la sala y, cuando llegaron a la misma, se encontraron con Hoseok y Yoongi sobre el sofá conversando y Taehyung saliendo de la cocina con un trozo de pan bañado en salsa.
—¡Tae! —gritó Sungmin soltando la mano de Jimin para correr en dirección a Taehyung.
Yoongi y Hoseok se acercaron a Jimin para saludarlo y abrazarlo mientras el castaño aún miraba en dirección a Minnie y Kim con algo de confusión.
—¿Qué fue eso? —preguntó en voz baja al rizado, señalando en dirección a su hijo.
—Parece que Taehyung es su favorito. Aunque más bien creo que lo ve como un hermanito —respondió besando la mejilla del castaño—. Y si eso te sorprendió espera a que comience "El precio de la historia" y se siente en el sofá junto a Yoongi para verlo.
—¿Qué han hecho con mi hijo? —preguntó en voz alta cruzándose de brazos.
—Solo lo trajimos hacia el lado de tíos divertidos —respondió Taehyung—. ¿No es así, Minnie?
—¡Tíos ditidos! —afirmó el castañito aplaudiendo.
—Tranquilo, amor. Pronto se siente abrumado por la energía de Taehyung y regresa.
Los seis se sentaron en la mesa para cenar, luego de un rato y algunos elogios para Jungkook todos terminaron dejando sus platos sin rastro alguno. Todos menos Jimin.
El castaño pidió un segundo plato y Jungkook no tardó demasiado en cumplir su petición. El ojiazul se veía muy feliz con su cena, lo que le hizo creer a Jeon que quizá la comida de esas cuatro semanas fue realmente mala.
Finalmente cuando el castaño terminó, todos se dirigieron hacia la sala para ver una película. El rizado estaba realmente feliz de poder compartir estos momentos todos juntos.
Cuando él regresó decidió que era mejor pasar todo el tiempo que pudiera con Jimin y Sungmin y sus tres amigos estuvieron completamente de acuerdo.
Ese mes se basó en aprender a convivir con su pequeña familia, tratando de adaptarse a la rutina que era guiada por el cuidado del pequeño y en aprovechar los breves tiempos a solas que tenía con Jimin cuando Sungmin dormía.
Había sido bastante bueno pero eso no quitaba que el compartir estos momentos todos juntos también se sentía realmente bien.
A los pocos minutos del inicio de la película, Minnie se quedó completamente dormido sobre el rizado y, antes de que la película llegara a la mitad, entre bostezos, sus amigos se despidieron dejando nuevamente solos a los tres.
—¿Quieres ir a dormir, amor? —preguntó el rizado en voz baja para no despertar a Sungmin.
—Si, por favor. Hace días que no duermo como debo y siento que recién ahora me estoy dando cuenta —respondió con un bostezo.
Ambos se levantaron del sofá, Jungkook cargando a Sungmin y caminaron con dirección a su habitación.
No hizo falta preguntar en donde dormiría el castañito, al llegar a su habitación Jungkook acomodó al pequeño en medio de la gran cama y Jimin lo cubrió con el acolchado, asegurándose de poner unas almohadas a su alrededor para que no corriera peligro mientras ellos iban a cepillarse los dientes.
El ojiazul no pudo evitar quedarse durante un momento observando a su pequeño y Jungkook no pudo evitar unirse al castaño, abrazándolo por detrás y apoyando su mentón sobre el hombro de Jimin para poder observar bien a Sungmin.
—Es increíble y hermoso —comentó Jimin sin despegar la vista de Sungmin.
—Lo es —afirmó Jungkook.
—Creo que realmente lo hicimos muy bien —agregó el ojiazul con una sonrisa.
—Demasiado bien —Jungkook sonrió—. Deberíamos tener otro —dijo dejando un beso sobre el cuello del castaño.
El castaño rió girándose sobre los brazos de Jungkook para besarlo brevemente.
—Traje algo para ti —dijo Jimin guiando al rizado para que se sentara sobre la cama—. Espérame aquí un momento.
Y antes de que Jungkook pudiera responder, Jimin salió casi corriendo de la habitación, regresando luego de un rato con sus manos escondidas detrás de su espalda.
—Cierra los ojos —pidió cuando estuvo frente al ojiverde.
Jungkook obedeció, sintiendo al instante como Jimin se sentaba a horcajadas sobre él.
—Ya puedes abrirlos —indicó Jimin.
Lentamente Jungkook abrió sus ojos encontrándose al castaño en frente a él con sus manos nuevamente escondidas detrás de su espalda. El rizado lo miró con curiosidad y Jimin habló.
—Yo... —suspiró—. Realmente... Supongo que todo lo que tengo para decir está aquí —dijo dudoso revelando el sobre blanco que había mantenido escondido.
Jungkook parpadeó confundido y tomó el sobre cuando Jimin le indicó que lo hiciera.
Con lentitud el rizado abrió el sobre encontrándose con un papel prolijamente doblado en tres. Levantó su vista hacia el castaño quien lo miraba con nervios, sujetando su labio inferior entre sus dientes.
Con cuidado desdobló el papel y leyó las pocas palabras que estaban impresas en él.
Paciente: Jeon Jimin.
Prueba de embarazo.
Resultado: POSITIVO.
Sin dudas sería un nuevo comienzo.
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